Fronteras extrañas: una casa que está en dos países a la vez

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Ubicada entre Estados Unidos y Canadá, en otros tiempos resultó una atracción turística, pero hoy es una pesadilla para sus propietarios.

¿Una misma casa en dos países a la vez? ¿Entrar por un país y salir por otro? Estas son algunas de las preguntas que uno suele hacerse al contemplar esta mansión ubicada en la localidad estadounidense de Derby y en la canadiense de Stanstead… al mismo tiempo Y las respuestas, a priori, serían sí, la casa pertenece a ambos países.

Lo que en su día fue casi una atracción turística, hoy es una pesadilla para sus propietarios, Brian y Joan DuMoulin, una pareja que ha visto, con el paso de los años, cómo el incremento de las medidas de seguridad en la frontera entre Estados Unidos y Canada fue convirtiendo la peculiaridad de su hogar en un auténtico problema.

El aumento de las restricciones aplicadas tras los ataques del 11 de septiembre afectó a todos los habitantes de la comunidad “internacional” de Beebe Plain, en la ciudad de Derby, en el estado de Vermont, y también a los de Stanstead, a un par de horas de Montreal.

Algunas de las calles por las que antes circulaban libremente los vecinos ahora están cortadas por vallas o enormes macetas que impiden el paso, y se tapiaron puertas traseras de viviendas con salida a la frontera.

Hasta la biblioteca local de la localidad estadounidense, construida entre ambos países, tuvo que bloquear su entrada principal, aunque -aclaran-permite el acceso a los canadienses sin necesidad de pasar por el control fronterizo.

Los problemas de los DuMoulin, cuya entrada a su casa está en Delby, son especialmente molestos, en un vecindario que tuvo que cambiar las costumbres. “Moverse libremente ya no es posible”, le dice Brian a la revista Time. Y es que en el pasado los vecinos cruzaban la línea divisoria a pie o en auto por cualquier lugar, pero ahora tienen que hacer un rodeo y atravesar el control fronterizo, por lo que antes de moverse lo piensan dos veces.

A estas dificultades la familia, que tiene doble nacionalidad, sumó un obstáculo todavía mayor: la dificultad de vender su casa. La edificación, conocida como Old Stone Store, fue construida en los años 50 por un pariente que con ello podía comerciar simultáneamente con los agricultores de Vermont y Quebec. Pero ahora, poca gente se mostró interesada en una propiedad que, además de precisar numerosas reparaciones, solo trae problemas.

Los guardias limítrofes ya los conocen y les permiten moverse por el terreno con libertad siempre y cuando permanezcan en la casa o en el patio delantero o posterior. Sin embargo, reconocen obstáculos relacionados con los accesos, a tal punto que los agentes estadounidenses chequearon que la puerta trasera estuviera bien cerrada.

Y es que por doméstica que sea… una frontera es una frontera.

Fuente: La Vanguardia

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